Cuando nacemos los genes son los que determinan nuestro color de ojos o de pelo, y también son los que dicen si nacemos con tendencia a aumentar de peso o no.
Los estudios lo avalan, la genética desempeña una función central en la obesidad, lo que implica que los genes que se puedan heredar de los padres aumentan el riesgo de padecer obesidad.
¿Cómo afectan los genes al peso?
- Aún queda mucho por investigar, pero lo que sí se sabe es lo siguiente:
- La cantidad de alimentos que podemos ingerir en cada comida.
- Cuánto tardamos en sentirnos saciados.
- Nuestros gustos por ciertos alimentos.
- Cuánta energía necesita nuestro cuerpo para funcionar.
- Dónde y cómo se concentran el exceso de calorías y grasa.
Gracias a los estudios sabemos que todos estos factores vienen determinados por nuestros genes y no por nuestras decisiones o personalidades.
¿Todo es cosa de los genes?
Nuestros genes siguen siendo los mismos en los últimos miles de años, lo que ha cambiado es nuestra vida social. El problema viene cuando algunos de nuestros genes se activan y cambian a causa de nuestro entorno. Ahora vivimos en un mundo con estrés, alimentos insanos y tecnología e interactúan con nuestros genes de manera diferente y como resultado aparece la obesidad.
Encuentra una herramienta de pérdida de peso que se adapte a ti y no al revés.
Sabiendo todo esto tenemos claro que no podemos cambiar nuestros genes, pero si tenemos que saber cómo son y cómo nos afectan para decidir qué herramientas nos
van a beneficiar más sobre el control de peso. Lo que funciona para muchas personas no tiene porque funcionarnos a nosotros. Por eso, es importante adaptar y personalizar cada plan de pérdida de peso individualmente junto a un equipo de expertos en obesidad.
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