Habitualmente escuchamos a personas que aseguran que por más que hacen dieta con el objetivo de adelgazar, no lo consiguen, y este problema se ha acentuado más durante los meses de confinamiento, donde muchas personas veían como su peso aumentaba semana tras semana. ¿A qué se debe esta dificultad para perder los kilos extra? Laura Villalta, técnica en dietética, nos lo explica, pon atención y descubre dónde puede estar el problema.
Hay personas que por enfermedades, condiciones o tratamientos farmacológicos pueden ver su peso estancado incluso cuando siguen una dieta baja en calorías, esto se debe a que si el metabolismo no funciona adecuadamente, o si algún medicamento favorece la retención de líquidos, es muy probable que por más que intentes, no logres bajar de peso tan fácilmente.
A excepción de los casos mencionados, sigue habiendo muchas personas que a pesar de estar en condiciones óptimas de salud, no logran adelgazar por más que lo intenten, y esto sin duda, es porque algo están haciendo mal.
Sabemos que para lograr una pérdida de peso necesitamos un desfase de calorías entre lo que comemos y lo que consumimos, pero no sólo se trata de contar calorías, también hay que contar nutrientes y revisar el origen de las calorías, ya que por ejemplo, no es lo mismo comer un plato de lentejas con verduras, que una ración de beicon con patatas fritas, aunque pudiéramos igualar en calorías.
Errores más frecuentes que impiden perder peso
- Abusar de los alimentos light.
- Exceder la cantidad en las comidas principales.
- Ingerir calorías en bebidas azucaradas, alcohólicas o zumos.
- Comer entre horas sin tener en cuenta las calorías que se ingieren.
- Beber poca agua (puede aumentar el apetito)
- Exceder la cantidad de aceite a lo largo del día.
- Abusar de la comida el día libre, en el caso que lo haya.
Otro de los problemas habituales es encontrar personas que siguen la dieta de un amigo porque – a él le funcionó-, y aunque es cierto que una mismo dieta puede ser válida para muchas personas, hay que tener en cuenta las posibles diferencias, no será lo mismo una persona que tiene un trabajo sedentario y que por su naturaleza es tranquila, que una persona que trabaje toda su jornada laboral levantando peso, y además sea una persona más nerviosa, por ejemplo.
La epidemia del sedentarismo es otra de las grandes causantes de los fracasos en las dietas, ya que esto disminuye las calorías quemadas a los largo del día, y dificulta el déficit energético. Los trabajos cada vez más sedentarios, las tecnologías que nos facilitan la vida, la comodidad de coger el coche para todo, y el confinamiento de los últimos meses, consiguen que el gasto energético diario sea mucho inferior. Además en muchas ocasiones, el estrés diario genera una sensación de cansancio que hace imposible añadir una rutina de ejercicio.
Para que tu dieta sea efectiva y no perder el tiempo y la paciencia, es necesario seguir una serie de pautas, que incluyan cambiar el estilo de vida:
- Comer cantidades razonables y reducir las cantidades si es necesario.
- No excederse con ningún alimento incluso si éste es “sin azúcar añadido “ o “light”.
- Realizar alguna actividad física al menos 4 días por semana.
- Evitar el sedentarismo en la rutina diaria (evitar ascensor, coche etc. cuando sea posible)
- Priorizar alimentos saludables a los industriales y procesados aunque contengan las mismas kcal.
- Aumentar el consumo de agua.
Cualquier persona con buena salud que no baja de peso es porque no consigue que haya desfase entre calorías ingeridas y gastadas. Y aunque existen algunos mitos como que el estrés por sí mismo aumenta de peso, o que el metabolismo va lento (cuando todo está bien), la realidad es que el exceso de calorías a lo largo del día, y la falta de ejercicio físico son las causas principales del sobrepeso y la obesidad.
*Contenido validado por el equipo médico de mediQuo.
