Como padres una de las situaciones que puede producir más ansiedad, es cuando uno de los hijos presenta fiebre y cómo actuar frente a esta. Esta ansiedad aumenta aún más cuando el niño sufre como consecuencia de la fiebre una convulsión.
La temperatura corporal suele encontrarse en un punto fijo, esto es un mecanismo similar a un termostato del organismo y que esta regulado por el hipotálamo. Cuando se eleva este punto fijo a 38º se considera fiebre.
La fiebre en niños en ocasiones tiene como función aumentar el desarrollo de la inmunidad y ayudar al restablecimiento de la normalidad del organismo tras una infección, pero, es importante bajar esta temperatura en niños ya que por cada grado 1º C aumenta el metabolismo y gasto energético un 10%, y de 3 a 5 veces más en caso de que se acompañe de escalofríos.
En hipertermia (más de 40ª C) supone un aumento de las necesidades de oxigeno, líquidos, calorías, glucosa. Estas condiciones, actúan sobre un cerebro aún inmaduro y pueden ser un factor predisponente para la convulsión febril.
Las convulsiones febriles suelen suceder entre los primeros 6 meses de vida y los 4 años, siendo más frecuentes en niños entre 1 y 2 años.
Cuando se presenta la convulsión el niño padece una crisis generalizada, que se acompaña con pérdida de la consciencia y disminución del la tensión y tono muscular (hipotonia)
Se considera convulsión febril típica cuando se produce acompañada de fiebre y a su inicio, dura menos de 15 minutos, no se repite, y el niño retoma la consciencia tras la convulsión Aunque debe considerarse normal tras la crisis, un periodo de somnolencia o decaimiento, que puede durar bastantes minutos y que no es crisis propiamente dicha, sino una especie de “recuperación” de la misma.
Es importante prevenir que se produzcan lesiones físicas durante la convulsión (retirar todos los objetos cercanos al niño, colocar en posición lateral de seguridad). La medida más importante para prevenirlas es el control de la fiebre.
Las dudas más frecuentes tras la convulsión febril suelen ser:
- ¿Le volverá a suceder? Es posible, los niños con fiebre tienen un 40% de posibilidades de repetir la convulsión con otro episodio de fiebre.
- ¿Puede llegar a desarrollar epilepsia? Es muy poco probable. El 95-98% de los niños afectados de convulsiones nunca desarrollan epilepsia.
- ¿Le puede dejar alguna secuela? No. La propia convulsión en sí, no le hace daño directo, por lo que no le quedará ninguna secuela neurológica.
- ¿Que hacer si le vuelve a ocurrir? El fin sería abordar la convulsión lo antes posible mediante las indicaciones del pediatra.
- ¿Puede llevar una vida normal? Sí, ya que el niño no ha sufrido ningún cambio durante la crisis, continúa siendo el mismo.
- ¿Se pueden prevenir? Sí, tratando la fiebre cuando esta aparezca.
Si te interesa más saber sobre el tema de fiebre en niños haz clic en este enlace ¿Tu hijo tiene fiebre? Qué hacer y qué no.
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*Contenido validado por el equipo médico de mediQuo.
