Son conocidas como vegetaciones pero si somos más exactos les denominamos adenoides. Se encuentran en el interior de la cara, justo detrás de la nariz y al fondo de la garganta.
Este tejido linfoide es de textura esponjosa y su principal función es evitar cualquier sustancia nociva para nuestra salud, como pueden ser determinados virus, bacterias, ácaros, entre otros. Una vez que esto ocurre, nuestro sistema se pone en marcha y activa a nuestras defensas.
Hasta hace algunos años, era frecuente la extirpación de las adenoides en niños de entre 3 y 6 años ante las reiteradas infecciones respiratorias y de oídos. Cada vez menos se realizan este tipo de operaciones y sólo pasaran por quirófano casos individualizados muy concretos en los que las vegetaciones no cumplan con su misión.
¿Debo operar a mi hijo?
Madres y padres cada vez más se plantean esta misma pregunta. Los niños al tener su sistema inmune en desarrollo, sus adenoides son de un tamaño más grande, ya que se están exponiendo por primera vez a determinados agentes que hemos comentado anteriormente. Éstas pierden su importancia a medida de que los niños crecen y desarrollan otras formas de luchar contra virus y bacterias. Desaparecen casi por completo durante el periodo de la adolescencia.
Las adenoides atrapan los gérmenes que intentan atacar las defensas al pasar el aire por este tejido y a veces, éste se inflama y se infecta dificultando la respiración. De experimentar problemas con las vegetaciones, el niño también podrá sufrir una inflamación de las amígdalas, la cual hace la misma función que las adenoides, proteger ante infecciones.
¿Cuál es el motivo de la complicación?
Los repetidos resfriados, catarros, bronquitis, otitis o infecciones de las vías respiratorias serán los causantes de la inflamación de las vegetaciones en los niños. En menor medida, se puede dar de forma natural que coincide con el desarrollo del feto o bien en el periodo escolar. La infección a su vez genera el incremento de la mucosidad, llegando a obstruir la nariz y evitando la llegada de aire a los oídos, que se produce a través de las trompas de Eustaquio. La adenoidectomía será recomendada en los casos en los que las vegetaciones estén agrandadas y por tanto bloqueen las vías respiratorias.
Los síntomas que puede desarrollar el niño son los siguientes:
- Dificultad para tragar
- Apnea del sueño
- Ronquidos
- Mucosidad nasal
- Cambios bruscos en la respiración
- Aumento de las infecciones
Si su hijo está presentando algunos de los síntomas debe consultar con el otorrinolaringólogo para que pueda realizar un diagnóstico y valore la situación.
¿Qué tratamiento debo seguir?
El profesional médico tras los síntomas que presente, realizará un examen físico para ver si las adenoides han aumentado de tamaño o realizará una radiografía. Tras la revisión, le administrará la toma de antibióticos para las infecciones de las amígdalas y de los estadios paranasales.
Lo más recomendable y siempre que la obstrucción nasal obligue a respirar por la boca, será la extracción quirúrgica de las vegetaciones, pero esto lo ha de valorar el especialista. Esta operación tiene como objetivo evitar las complicaciones futuras y se realizará bajo anestesia general.
¿Es posible la prevención?
La mejor recomendación para la prevención es realizar lavados nasales con suero fisiológico, ya que de esta manera se podrá disminuir el riesgo de contraer infecciones respiratorias o de oídos, evitar espacios con humos y enseñar a sonarse la nariz para expulsar las secreciones nasales.
*Contenido validado por el equipo médico de mediQuo.
. muy bueno e interesante muchas gracias
Mi hijo tiene 2 años y medio y desde que nació ronca mucho tiene las amígdalas que prácticamente no se leve la campanilla y la voz es siempre en tono gangoso me gustaria saber si en mi caso se le podría realizar una operación muchas gracias