La tosferina es una enfermedad infecciosa muy contagiosa que afecta al aparato respiratorio, y se caracteriza por un estado catarral, con accesos de tos convulsiva muy intensos. Antes de que se desarrollara la vacuna, la tos ferina era considerada una enfermedad de la infancia. Ahora la tos ferina afecta principalmente a los niños que no han completado o iniciado el esquema de vacunación, o adolescentes y adultos que han perdido la inmunidad. Es causada por la bacteria bordetella pertussis que se encuentra en sistema respiratorio (boca, nariz y garganta de la persona afectada).
La tosferina comienza con síntomas de resfriado. Después de dos semanas, la tos se hace más grave. Esta fase puede durar semanas e incluso meses. La mucosidad espesa se acumula en las vías respiratorias y causa una tos incontrolable. Los ataques graves y prolongados de tos pueden: provocar vómitos, volver el rostro enrojecido o azulado, causar fatiga extrema y terminar con un sonido silbante y chillón agudo al inhalar aire.
El sobrenombre chino para la tos ferina «la tos de los 100 días» indica con acierto cuánto tiempo puede durar la tosferina.
Estadios de la enfermedad
Se puede dividir en las siguientes fases:
- Fase catarral: aparece entre los 7 y 10 días tras la incubación. Tiene síntomas típicos de un catarro como estornudos, lagrimeo, ronquera, tos (primero nocturna y que se extiende a lo largo del día).
- Fase paroxística: fase que aparece unos 14 días después de la exposición y que está dominada por la tos, que es frecuente y casi sin descanso, siendo habitual una respiración forzada del paciente después de toser por falta de aire
- Fase de convalecencia: Empieza a partir de la cuarta semana, cuando se da una mejora generalizada de los síntomas. La infección propiamente dicha suele durar una media de una a seis semanas.
Síntomas
Propios de un estado catarral como: congestión nasal, ojos enrojecidos y llorosos, fiebre, mucosidad nasal y de vías respiratorias altas. Aunque el síntoma principal es una tos muy violenta e incontrolable que produce sensación de asfixia. Puede durar semanas o incluso meses.
Es una enfermedad infecto-contagiosa aguda que afecta al aparato respiratorio. El contagio se realiza directamente desde la persona enferma a la sana por el aire, al hablar y toser, fundamentalmente. Tal como el resfriado común.
Diagnóstico
La tosferina se diagnostica por medio de:
- Historial de sintomatología
- Examen físico
- Prueba de laboratorio (muestra de secrecciones-mucosidad)
- Analítica sanguínea
Tratamiento
Tratar cuanto antes la tosferina es muy positivo, ya que puede hacer que la infección sea menos grave y que no se propague con tanta rapidez a los contactos cercanos.
Los bebés tienen el mayor riesgo de presentar complicaciones graves por esta enfermedad,muchos requieren de hospitalización.
Al ser una enfermedad bacteriana, se trata con antibióticos, destacando la azitromicina, claritromicina y eritromicina.
Además del tratamiento antibacteriano, se requieren muchas veces medidas de soporte para mejorar la función respiratoria, nebulizadores, inhaladores.
¿Qué pasa si la tosferina se complica?
La mayoría de quienes padecen tosferina se recuperan. Pero cuando los pacientes son niños menores de un año, el riesgo es mayor, estimándose entre un 1–2% el número de pacientes en este rango de edad que fallecen por las complicaciones derivadas de la infección. Por suerte, existe una vacuna para prevenirla.
Las posibles complicaciones derivadas de la infección son: bronconeumonía, otitis, síncope (pérdida temporal de la conciencia), deshidratación, prolapso rectal, episodios de apnea (breve retraso en la respiración), convulsiones (principalmente en bebés), daño cerebral por hipoxia e incluso muerte.
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*Contenido validado por el equipo médico de mediQuo.