La especial preocupación del paciente en la época de confinamiento total, en fase 0, era conocer las posibilidades de contagio y el riesgo-beneficio de acercarse a un centro de salud ante los síntomas. Hoy la telemedicina es clave para la nueva normalidad que nos espera.
Así pues las necesidades del usuario en mediQuo se han concentrado en reconocer los síntomas, saber si había un posible contagio y sobre todo, tener orientación si debía acercarse a un centro sanitario para recibir atención médica o permanecer confinado. En algunos casos, además, saber si era necesario hacer un aislamiento domiciliario del resto de la familia y cómo realizarlo para proteger a los más queridos. El acceso a la sanidad ha estado muy restringido y colapsado con lo que la información del protocolo a seguir ha sido una primera necesidad.
A medida que progresamos en la desescalada, las consultas en mediQuo se amplían y la orientación en la protección frente a mayores exposiciones y las consultas del día a día ganan terreno. Por especialidades, la medicina general y psicología han aumentado enormemente las consultas durante la primera fase. En la situación actual se añaden las consultas sobre ginecología y nutrición que están en auge debido a los cambios de hábitos que se han establecido.
¿Qué estamos aprendiendo durante la emergencia sanitaria?
A nivel sanitario se ha abierto la posibilidad de reordenar los recursos sanitarios. Hemos aprendido que los servicios de urgencias pueden atender sólo urgencias. Hemos aprendido que el protagonismo lo debe tener la atención primaria, que lo merece y lo pide a gritos. Hemos aprendido que determinados centros de salud, como las residencias de ancianos o centros de día, requieren ayuda y coordinarse con sus centros de salud referentes. Hemos aprendido que existe un fortalecimiento de la unión de sanidad pública y privada. En esta crisis, más que nunca, se ha trabajado aunando esfuerzos.
A su vez la crisis sanitaria ha puesto en valor la vocación, dedicación y entrega del personal sanitario que lo que menos han querido nunca es ser y convertirse en héroes.
Y, sobre todo, hemos aprendido que para reorganizar el servicio sanitario, la telemedicina es hoy la clave.
La telemedicina ha abierto la posibilidad de ofrecer otros canales de atención tan válidos como cualquier otro. En MediQuo sabemos que el 70% de las consultas actuales no requieren presencialidad y ofrece un canal de chat, llamada y vídeo consulta como alternativa. Estos canales permiten priorizar las visitas presenciales, los traslados, los esfuerzos sanitarios y económicos en aquellos pacientes que realmente lo necesitan.
Da la sensación que la telemedicina hará posible que la sanidad no sea sólo mejor sino que sea equitativa y accesible para todos.
Y de nuevo no podemos olvidar los profesionales sanitarios. Me imagino una sanidad que permita a los profesionales sanitarios dedicarse a los pacientes que realmente les necesitan, aportando su valor real. La telemedicina también tiene el deber de centrarse en ellos, conocer sus necesidades reales y resolverles su día a día para que ellos, simplemente, puedan aportar su valor a los que realmente les necesitan.
¿Qué ventajas se están detectando?
La crisis sanitaria ha acelerado las soluciones a problemas que se han detectado hace tiempo. No es algo nuevo que el sistema sanitario es cada vez más insostenible y que se aguanta por la vocación del profesional sanitario y sueldos bajos, principalmente. Pero eso no es ni una solución ni resulta suficiente.
No es ninguna locura pensar que la crisis sanitaria ha podido acelerar 10 años las soluciones que tenemos ya disponibles. Chatear con tu médico, pedir cita para una vídeo consulta o recibir una receta telemática ya no es nada “sorprendente”. Es verdad, que falta consolidarlo y las nuevas regulaciones deben apoyar la nueva tecnología que lo hace posible hoy en día.
Los usuarios, y en mediQuo lo sabemos de primera mano, son los primeros interesados y están preparados para ser atendidos en diferentes canales incluidos el virtual. El profesional sanitario está abierto, cada vez más, a recibir una propuesta de valor que cambie el paradigma actual y le permita hacer una “medicina” como la imaginó.
¿Cambiará la relación médico-paciente?
Paradójicamente la relación “médico o profesional de la salud-paciente” va a ser más estrecha, satisfactoria y eficaz que nunca. Un paciente crónico mantiene una media de contacto con su médico especialista, de 1 o 2 veces al año, mientras que la vía telemática puede favorecer contactos mucho más frecuentes, ahorrando a su vez tiempo en el profesional. Seguramente, va a ser clave no sólo tener el recurso, que no hay duda, sino cómo va a gestionarse en cada organización sanitaria para tener un mayor beneficio en todos los sentidos y para todos los interesados. Hoy por hoy, los profesionales que atienden a través de mediQuo se sorprenden gratamente de la facilidad de uso y de la gratificación de la atención.
¿Estamos preparados para la digitalización? Tanto por parte de la confianza del paciente en las consultas, como de los profesionales sanitarios a la hora de manejar la tecnología.
Siempre que hablamos de telemedicina se habla a menudo de la falta de confianza pero a efectos prácticos, el paciente tiene desconfianza a la falta de información. Es curioso que lo único que quiere el paciente es ser escuchado, atendido y recibir un buen trato. Si le explicas el qué y el porqué el paciente queda reconfortado, independientemente del método que hayas usado para transmitir aquella información. Si, le sumamos, que tendrá un mayor acceso en caso de nuevas dudas, la balanza se decanta hacia una medicina versátil alternando presencialidad y virtualidad, según sus necesidades y según el criterio del profesional que le atienda.
¿Cuál es el mayor desafío al que se enfrenta la telemedicina en la actualidad?
En la era que vivimos diría que el principal desafío era la confianza del profesional de la salud que veía la telemedicina como una “falsa atención”. La nueva realidad ha supuesto un giro radical en este sentido. Ahora, sin duda, el mayor desafío está a nivel normativo y legal por potenciar sus ventajas y conocer sus límites y a los “pagadores” para remunerar una actividad más que, aún siendo mucho más eficiente, continua necesitando un recurso sanitario detrás.
¿Es la telemedicina una alternativa con gran viabilidad?
Una de las grandes ventajas de la telemedicina es que evita desplazamientos para el paciente, riesgo de contagios, permisos laborales, contaminación por dichos desplazamientos y añade tranquilidad, inmediatez, accesibilidad y orientación al paciente. Para el profesional, la telemedicina ofrece la posibilidad de atender a cada paciente como lo requiere, ahorrando tiempo y dinero en cada consulta. La telemedicina sólo sustituye aquellas visitas no necesarias, y nos deja más tiempo a aquellas visitas que, siendo imprescindibles, se reducen a unos pocos minutos por falta de agenda. A un profesional con vocación, ese va a ser su factor más frustrante.
Eso sí, estamos todos de acuerdo que la telemedicina ha venido a quedarse. En mediQuo optamos por dar accesibilidad y usabilidad al paciente, aportar flexibilidad y autogestión al profesional y facilitar datos al sistema sanitario. Sólo favoreciendo todos los agentes se consolidará como solución de éxito.
¿Qué hará buena o mala la telemedicina?
Lo mismo que pasa hoy, será cómo sea el profesional que la use y la gestión del sistema sanitario que le proteja.
Guillem Serra, Médico, Co-Founder & Co-CEO de mediQuo.
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