El lipedema es una enfermedad crónica, progresiva y subdiagnosticada que afecta principalmente a mujeres. Se caracteriza por una acumulación anómala de tejido adiposo en extremidades inferiores y, en ocasiones, en brazos, que no responde a dieta ni ejercicio. A menudo se confunde con obesidad o linfedema, pero tiene un comportamiento clínico, histológico y metabólico diferente.
Con el auge de los tratamientos farmacológicos para la obesidad, muchos pacientes con lipedema se preguntan si medicamentos como la semaglutida, originalmente desarrollados para la diabetes tipo 2 y autorizados como tratamiento contra la obesidad (como en el caso de Wegovy®), podrían ofrecer beneficios también en su caso. ¿Es así?
Estamos comprometidos en brindar soluciones efectivas y personalizadas para ayudar a nuestros pacientes a alcanzar y mantener un peso saludable.
¿Qué es la semaglutida y cómo actúa?
La semaglutida es un agonista del receptor GLP-1 (glucagon-like peptide 1). Su acción principal es:
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Aumentar la saciedad,
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Disminuir el apetito,
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Retrasar el vaciado gástrico,
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Mejorar la sensibilidad a la insulina,
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Y en personas con obesidad, favorecer una pérdida de peso clínicamente significativa (más del 10-15% del peso corporal total en muchos casos).
Estos efectos han sido ampliamente demostrados en los estudios clínicos STEP (Semaglutide Treatment Effect in People with Obesity).
Lipedema: una patología más allá del exceso de grasa
El tejido adiposo del lipedema tiene particularidades: es inflamatorio, resistente a la lipólisis, y no responde al déficit calórico como lo haría la grasa “convencional”. Además, suele haber una hiperplasia del tejido graso, capilares frágiles, dolor, sensación de pesadez, hematomas frecuentes y una gran afectación en la calidad de vida.
Uno de los grandes desafíos es que la pérdida de peso no reduce de forma proporcional el volumen del tejido lipedémico, lo que puede generar frustración en las pacientes, incluso tras grandes sacrificios.
¿Puede la semaglutida tener un rol en el tratamiento del lipedema?
No hay evidencia científica sólida a día de hoy que demuestre que la semaglutida reduzca directamente el tejido lipedémico. Sin embargo, hay ciertos aspectos que vale la pena considerar:
1. Pérdida de peso global
Aunque la grasa lipedémica es resistente, muchas pacientes con lipedema también presentan obesidad o sobrepeso. En estos casos, perder peso puede mejorar la movilidad, reducir la inflamación sistémica, mejorar el dolor articular y favorecer el drenaje linfático, aunque el contorno corporal no cambie significativamente en las zonas afectadas.
2. Reducción de la insulinoresistencia
En algunos subtipos de lipedema, especialmente en estadios avanzados o en combinación con obesidad, existe una disfunción metabólica asociada (insulinoresistencia, hiperinsulinemia, hígado graso). La semaglutida puede ser una herramienta útil en estos casos, no por actuar directamente sobre el lipedema, sino por mejorar el entorno metabólico general.
3. Mejor control del apetito y menos ansiedad alimentaria
Muchas mujeres con lipedema reportan comer emocionalmente, especialmente cuando hay frustración por la dificultad para ver resultados con dietas. La semaglutida podría ayudar a romper este círculo, al reducir el apetito y favorecer una mayor adherencia a pautas saludables.
4. Mejora del dolor y la inflamación
Aunque no está demostrado que semaglutida reduzca la inflamación del tejido lipedémico, algunos pacientes reportan subjetivamente mejoría del dolor al disminuir el peso total y la carga sobre articulaciones y sistema linfático.
¿Qué dicen los estudios?
Actualmente, no existen ensayos clínicos publicados que evalúen directamente el efecto de semaglutida sobre el lipedema. Sin embargo:
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En 2023, se presentó en algunos congresos médicos la experiencia clínica de uso off-label de semaglutida en pacientes con lipedema, con resultados preliminares prometedores, especialmente en mujeres con lipedema asociado a obesidad.
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Se han publicado estudios sobre el papel del GLP-1 en la inflamación y la remodelación del tejido adiposo, pero sin enfocarse específicamente en el tejido lipedémico.
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El uso de agonistas GLP-1 en combinación con medidas como la dieta antiinflamatoria, el drenaje linfático manual y la actividad física adaptada está siendo explorado en algunas clínicas especializadas como parte de un abordaje integral.
¿vale la pena considerar semaglutida en lipedema?
La semaglutida no es un tratamiento específico para el lipedema, pero puede tener un papel complementario en pacientes con sobrepeso, obesidad o resistencia a la insulina asociadas. Su impacto sobre el volumen del tejido lipedémico es incierto, pero podría mejorar calidad de vida, síntomas metabólicos y control del apetito.
Es fundamental que el uso de este tipo de fármacos:
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Se realice bajo supervisión médica experta.
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Forme parte de un plan multidisciplinar que incluya fisioterapia, nutrición especializada, apoyo psicológico y, en casos seleccionados, cirugía (como la liposucción tumescente específica para lipedema).
Hasta entonces, la indicación de semaglutida debe individualizarse, sin crear falsas expectativas, pero entendiendo que puede ser una herramienta útil en casos seleccionados, cuando el lipedema convive con obesidad u otras alteraciones metabólicas.
Tal vez quieras saber sobre estos medicamentos:
- Saxenda (liraglutida)
- Victoza (liraglutida)
- Wegovy (semaglutida)
- Ozempic (semaglutida)
- Rybelsus (semaglutida)
- Mounjaro (tirzepatida)
- Zepbound (tirzepatida)
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