El coito interrumpido o marcha atrás es uno de los «métodos anticonceptivos» más antiguo y de los más usados.
Este consiste en retirar el pene de la vagina de la mujer antes de la eyaculación con el fin de evitar un embarazo evitando que el semen llegue a entrar en la vagina.
Aunque sea un método ampliamente usado, ya que es gratuito, no requiere de alguna prescripción médica ni receta, no está exento de riesgos.
Este método no protege de enfermedades de transmisión sexual (ETS) y si bien, puede reducir las posibilidades de embarazo no resulta un método con el que se pueda asegurar que no se vaya a producir.
Esto último es debido al líquido preseminal, que es un líquido lubricante segregado por el pene durante la excitación sexual. Este líquido proviene de la glándula de Cowper y las de Littré, que están conectadas con la uretra.
Este líquido por sí solo no contiene espermatozoides pero puede entrar en contacto con el esperma y contener estos mismos. Aunque algunos estudios muestran que la cantidad de espermatozoides que puede contener el líquido preseminal es baja, la posibilidad de embarazo sigue existiendo.
Por estos motivos no se considera un método totalmente efectivo frente al embarazo. Además de que exista el riesgo de que el líquido preseminal pueda contaminarse con espermatozoides, su eficacia es menor respecto a otros métodos anticonceptivos.
Según algunos estudios y la Organización Mundial de la Salud (OMS) de las parejas que usan el coito interrumpido como único método anticonceptivo, aproximadamente una de cada cinco se quedarán embarazadas en el plazo de un año.
Es también un método ineficaz ya que puede ser difícil de usar a la perfección, y el pene se podría no retirar a tiempo de la vagina. Para que tenga mayor eficacia algunas parejas lo usan durante los días no fértiles. Para esto es necesario que el ciclo menstrual sea regular y controlar los días de ovulación de forma precisa y usando este método solo después de haber ovulado.
Si se quiere evitar el embarazo de forma fiable y no solo reducir sus posibilidades consulta con tu médico o ginecólogo para que te pueda indicar el método más adecuado para ti.
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