La preeclampsia es una dolencia que se puede dar durante el embarazo, caracterizada por la hipertensión, por la presencia de proteínas en la orina y por el aumento excesivo de peso. Esta complicación suele comenzar en la semana 20 del embarazo en mujeres que anteriormente no habían registrado valores altos de presión arterial. Si no se trata puede desencadenar complicaciones graves tanto para la mujer como para el futuro bebé. Se deben controlar las cifras que indican estos trastornos rápidamente porque son síntomas de que algo más grave puede ocurrir, como la eclampsia que puede causar convulsiones y el coma. También se puede desarrollar la preeclampsia después de dar a luz.
Causas de la preeclampsia
Existen factores de riesgo que pueden llevar a la preeclampsia:
- Antecedentes familiares por alguien que la haya padecido.
- Haber tenido esta afección en algún embarazo anterior.
Un riesgo relacionado con el sistema inmunitario de la embarazada consiste en que la pareja sea reciente, con lo que el tiempo de exposición al semen del padre habrá sido corto. Otro factor es usar métodos anticonceptivos de barrera.
Otras circunstancias que pueden influir:
- Edad avanzada o adolescente de la futura madre.
- Que sea el primer embarazo.
- Obesidad y diabetes.
- Tabaco.
- El estrés o la realización de trabajos pesados.
- Padecer alteraciones en la coagulación, enfermedades renales e inmunológicas.
- El embarazo múltiple.
- Mola vesicular (alteración genética que se produce en la fecundación).
- Anomalías en el feto de tipo congénito.
- Padecer una infección de orina durante el embarazo.
Síntomas y tratamiento
No suele dar síntomas, salvo por las cifras elevadas de la tensión de forma repentina o lentamente y la afectación en otros órganos (como los riñones), de ahí que los controles médicos llevados en el embarazo sean tan importantes. La presión arterial que supere los 140/90 ml de mercurio (mm Hg) o más, registrada en dos ocasiones y con una diferencia de 4 horas, será considerada anormal.
Una preeclampsia grave que vaya a desembocar en eclampsia, tiene los siguientes síntomas:
- Dolor de cabeza localizado en la nuca, debido a la tensión alta.
- Edemas por la retención de líquidos.
- Aumento de peso, consecuencia de esa retención.
- Somnolencia y mareos.
- Alteraciones en la vista en forma de puntos negros y lucecitas.
- Náuseas, vómitos y dolor en el vientre que no son propios del embarazo.
- Sensación de falta de aire, en ciertos casos llega a ser muy grave, a consecuencia de la retención de líquidos en los pulmones, lo que debe llevar a un ingreso hospitalario de la paciente por urgencias.
Si la preeclampsia se agrava puede ser necesaria la interrupción del embarazo. Controlar la tensión arterial, las analíticas de orina y sangre, ecografías del feto y realizar registros cardiotocográficos, son medidas para que la preeclampsia no derive en problemas mayores.
Prevención de la preeclampsia
Factores modificables para prevenir la preeclampsia:
- No fumar.
- Evitar el sobrepeso.
- Mantener cierto reposo contra el estrés.
- Consumir alimentos ricos en calcio y complementos de ácido fólico.
- Una dieta rica en antioxidantes con vitamina E, C y ácidos grasos Omega 3. Verduras de hoja verde, cítricos y pescado azul.
*Contenido validado por el equipo médico de mediQuo.