Los glucocorticoides se comportan como hormonas y tienen múltiples acciones en casi todos los sistemas y aparatos. Son sustancias endógenas, es decir, se sintetizan en el propio organismo de forma natural, específicamente en la glándula suprarrenal. Entre sus acciones destacan las siguientes:
- Acciones metabólicas:
- Aumentan el nivel de glucosa en la sangre para que ésta pueda ser usada por el cerebro y el corazón, que son los órganos prioritarios.
- Generan una redistribución de la grasa, que desaparece de las extremidades, pero se acumula en otras localizaciones como la cara y el cuello. También aumentan el colesterol y los triglicéridos en sangre.
- Destruyen el músculo y disminuyen la cicatrización de heridas.
- En el sistema inmunitario: controlan situaciones que suponen un alto estrés para el organismo, atenuando las respuestas inflamatorias.
Los fármacos glucocorticoides incluyen aquellos que se sintetizan de forma artificial por la industria farmacéutica. Son más potentes que los glucocorticoides endógenos.
De acuerdo con la enfermedad para la que se usen, existen varias formas de presentación:
- Corticoides inyectables
- Corticoides orales
- Corticoides inhalados. Son fármacos indispensables para el tratamiento de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y el asma bronquial.
- Corticoides intranasales. Son los fármacos de primera elección en la rinitis y la congestión nasal intensa.
- Corticoides en colirio
- Corticoides tópicos a nivel cutáneo: cremas, pomadas, lociones, etc., según el vehículo.
Múltiples aplicaciones terapéuticas
- En personas que no producen glucocorticoides de forma adecuada (insuficiencia suprarrenal).
- Enfermedades alérgicas
- Enfermedades reumáticas
- Patologías dermatológicas
- Tumores hematológicos y enfermedades autoinmunes
- Prevención del rechazo de órganos trasplantados
- Síndrome nefrótico
- Hepatitis
- Enfermedad de Crohn
Como todos los fármacos, pueden producir efectos adversos. Aparecen con más probabilidad cuanto mayor sea la duración del tratamiento, la dosis, y cuando se administran por vía intravenosa u oral. Sin embargo, un glucocorticoide administrado a alta dosis durante un tiempo muy corto puede salvar la vida del paciente sin producir efectos adversos.
Las reacciones adversas son normalmente una potenciación de los efectos farmacológicos:
- Hiperglucemia (aumento de azúcar en sangre)
- Aumento de colesterol y triglicéridos en sangre
- Nerviosismo, euforia e irritabilidad
- Aumento del apetito
- Osteoporosis y atrofia muscular
- Retraso de la cicatrización de las heridas
- Úlcera gástrica
- Hipertensión arterial
- Alteraciones en la esfera sexual
- Glaucoma y cataratas
Cuando se administran de forma crónica (> 2-4 semanas), pueden interferir con la producción natural de glucocorticoides en el organismo. En estos casos, la glándula suprarrenal deja de producir glucocorticoides de forma natural y se produce una “insuficiencia suprarrenal secundaria”: cansancio, debilidad, pérdida de peso, vómitos, diarrea, y posteriormente hipoglucemia, alteraciones de los electrolitos en sangre, hipotensión…, llegando a poner en riesgo la vida del paciente. Estos síntomas aparecen al dejar de tomar glucocorticoides de forma brusca, por lo que su suspensión debe realizarse de forma escalonada, disminuyendo la dosis progresivamente.
Texto Dra. Jimena Crespo.
¿Necesitas ayuda? Consulta al profesional en el chat.