La rinitis y conjuntivitis alérgica son dos entidades que suelen ser muy molestas y que están muy diseminadas en esta época del año (Marzo-junio) Afectan a muchas personas y seguro que conoces a alguien que ha sufrido o sufre estos síntomas cada primavera.
Estas condiciones son causadas por la inflamación de la mucosa nasal y la conjuntiva de los ojos debido a alergias muy diversas (al polen, ácaros u otras partículas presentes en el ambiente).
El Dr. José María David nos comparte consejos prácticos para mitigar los síntomas de la rinitis y conjuntivitis alérgica. Sin embargo, es fundamental recordar que en caso de persistencia de los síntomas o necesidad de medicación, recomendamos visitar a tu médico.
La rinitis alérgica se caracteriza por síntomas similares a un resfriado común, pero con algunas diferencias distintivas. Estos síntomas suelen ser de inicio rápido y con una duración de más de 8-10 días teniendo además una característica determinante que es la ausencia de fiebre. El moqueo nasal es líquido y transparente, y los estornudos en racha son frecuentes. Además, se experimenta picor en la nariz o el paladar, lo que lleva a los niños a frotarse la nariz en un intento de aliviar este síntoma, esto se conoce como el «saludo del alérgico». En ocasiones, puede haber tos causada por las mucosidades que bajan por la garganta.
Por otro lado, en la conjuntivitis alérgica estos síntomas se trasladan justamente a tus ojos de manera que la forma en la que se presentan varía un poco: se caracteriza por enrojecimiento de los ojos, picor, lagrimeo e incluso dolor. A veces, puede haber una secreción ocular clara y acuosa. El picor en los párpados puede llevar a frotar y rascar los ojos, lo que resulta en enrojecimiento y arrugas en esta área.
Consejos para el manejo de la rinitis y conjuntivitis alérgica
- Evitar la exposición a alérgenos: Si ya conoces la causa de tu alergia, evita el contacto con ella en la medida de lo posible. Sin embargo, en muchos casos, no es posible evitar múltiples alérgenos como los pólenes, aunque en época de máxima polinización del ambiente no es descabellado andar en el exterior con mascarilla. Para minimizar los síntomas, evita las temperaturas frías, la humedad y los humos irritantes, como el tabaco o la leña. Además, si eres alérgico a los ácaros, mantén una limpieza exhaustiva en casa, utilizando el aspirador y eliminando moquetas, alfombras y cortinas, especialmente en la habitación donde duermes. Si la alergia es al polen, evita las salidas al campo en días ventosos y soleados, utiliza gafas de sol para proteger tus ojos y mantén las ventanas de tu casa cerradas después de limpiar.
- Evitar la presencia de mascotas en el hogar: Si eres alérgico a los pelos de animales, es recomendable evitar tener mascotas en casa, ya que su pelaje puede desencadenar síntomas alérgicos.
- Uso de medicamentos para el alivio de los síntomas oculares: Los colirios con medicamentos antihistamínicos o corticoides pueden mejorar los síntomas oculares. Sin embargo, tienes que tener en cuenta que pueden causar una sensación de quemazón transitoria en los ojos. Mientras usas estos colirios, evita utilizar lentillas. También puedes aliviar el escozor y reducir la hinchazón de los ojos utilizando compresas de agua fría.
- Consulta con tu médico: Si los síntomas de la rinitis y conjuntivitis alérgica no mejoran a pesar de tomar medidas preventivas y utilizar los tratamientos mencionados anteriormente, es fundamental que consultes a tu médico de familia. También debes buscar atención médica si el moco nasal deja de ser transparente y líquido, si aparece fiebre o moco espeso y dolor de cabeza, o si experimentas fatiga o dificultad para respirar.
La rinitis y conjuntivitis alérgica pueden ser difíciles de manejar, pero con la implementación de algunas medidas preventivas y el uso adecuado y responsable de medicamentos, es posible aliviar los síntomas y mejorar tu calidad de vida.
Cada caso es único, y tu médico podrá evaluar tu situación específica y recomendar el tratamiento más adecuado para ti. Recuerda que si tus síntomas persisten o necesitas medicamentos, es importante que consultes con tu médico de familia, quien podrá brindarte una atención personalizada y recomendar el tratamiento adecuado para ti.
Texto Dr. José María David
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