Diversos estudios y experiencia con pacientes están haciendo que podamos conocer mejor el comportamiento de este virus, y de esta manera se han podido distinguir tres fases de la enfermedad que se diferencian por la clínica que presentan y también por los acontecimientos que desencadenan en nuestro cuerpo.
Gracias al estudio de estas fases estamos pudiendo utilizar distintos fármacos que actúan sobre las distintas dianas que aparecen de forma más llamativa en cada una de las etapas.
Así podemos encontrar las siguientes fases:
Fase 1. VIREMIA
Es la fase de infección temprana. Aparece tras el contagio, cuando el virus entra en nuestras vías respiratorias y empieza a dividirse rápidamente llegando a sus receptores en los pulmones e iniciado la aparición de los primeros síntomas.
Se caracteriza por el incremento de la replicación del virus y la aparición de la fiebre y la tos. Además, es aquí cuando en las radiografías de pulmón se empiezan a ver los infiltrados, que suelen ser en esta fase pequeños y mayoritariamente en ambos pulmones.
Fase 2. AGUDA
Esta es la fase de afectación al pulmón. Aparece a partir del 7º día y es donde se produce la neumonía con síntomas más severos. Aquí los infiltrados en el pulmón se hacen más grandes en los casos de mayor desarrollo de la enfermedad y aparecen los síntomas más graves como es la falta de aire o disnea, el aumento de la fiebre o el malestar general intenso.
Fase 3. RESOLUCIÓN
Es la fase de hiperestimulación de la respuesta inflamatoria. En esta fase pueden ocurrir dos cosas, o bien la respuesta de tu sistema inmune vence a la enfermedad y se produce la curación; o bien, se hiperactiva más de lo que se necesita y se comienza a dañar el pulmón dando lugar a los casos más graves que estamos viendo.
En esta fase es cuando se comienza a ver el empeoramiento de algunos pacientes con disminuciones de la saturación de oxígeno en sangre importante y dificultad para respirar. Gracias a que se ha estudiado el mecanismo por el que actúa el virus en esta fase produciendo una activación mayor de la debida del sistema inmune, se están comenzando a utilizar fármacos que disminuyen la activad de esta inflamación como son los corticoides, obteniendo muy buenos resultados y viendo un descenso en el número de fallecidos.
Por último, también hay que decir que no todos los infectados por el COVID-19 presentan los mismos síntomas ni desarrollan las fases con la misma gravedad. Ya que hay un gran porcentaje de la población que desarrolla la enfermedad de forma asintomática y otros muchos que solo presentan unos días de fiebre, malestar y tos como una gripe estacional.
Texto: Paula García Amorós, Médico General en mediQuo.
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