Esta vacuna ha sido desarrollada por la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca y según ensayos clínicos realizados en algo más de 23.000 pacientes de Reino Unido, Brasil y Sudáfrica, se demuestra una eficacia del 63,09% contra la infección sintomática por SARS-CoV-2.
Según expertos de la OMS, la vacuna es efectiva en la prevención de casos graves de la COVID-19 causados por variantes como la sudafricana y además se conserva a una temperatura de entre 2°C y 8°C.
Para el desarrollo de la vacuna, se ha empleado un tipo de virus común en el resfriado de chimpancés conocido como adenovirus que ha sido modificado genéticamente para evitar su desarrollo, de forma que el sistema inmune aprende a defenderse en caso de tener contacto con la COVID-19 creando anticuerpos neutralizantes.
La vacuna se administra a nivel intramuscular en dos dosis de 0,5 ml en un intervalo de 4 a 12 semanas entre cada una, aunque la OMS recomienda un suministro entre 8 a 12 por considerar que produce una mejor respuesta inmune.
Además, la vacuna está recomendada para todos los mayores de 18 años ya que las respuestas inmunitarias de personas mayores obtenidas de los ensayos clínicos están bien documentadas y son similares a las de otros grupos de edad, siendo la OMS quien recomienda su uso en personas mayores de 65 años.
Actualmente no se dispone de datos que demuestren la efectividad de la vacuna en mujeres embarazadas, pacientes con VIH y aquellas personas con sistemas inmunes comprometidos, ocurriendo lo mismo con menores de 18 años.
Aunque no se han registrado reacciones alérgicas graves o anafilaxia. La vacuna debe administrarse bajo supervisión médica garantizándose un período de observación de 15 minutos después de la vacunación y con disposición del tratamiento médico necesario en caso de reacciones alérgicas.
También se importante tener en cuenta que cualquier persona con fiebre aguda (temperatura corporal superior a 38ºC) debe posponer la vacunación hasta que esté afebril. En cambio, la presencia de una infección menor, como un resfriado o fiebre baja, no debe retrasar la vacunación.
Por último, desde la OMS se recuerda que todas las vacunas contra el COVID-19 no descartan que alguien vacunado pueda infectarse.
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