Constantemente en los medios de comunicación aparecen anuncios publicitarios de productos (alimentos, bebidas y nutrientes) que afirman mejorar el sistema inmunológico y así prevenir enfermedades como el resfriado. Junto con ellos, hay ciertos alimentos que se han ganado la fama de incrementar las defensas del organismo, mejorar el ánimo y aportar energía vital, lo que en conjunto afirman mejorar nuestras defensas. ¿Qué hay de dichas promesas? ¿Es verdad que existen una serie de alimentos y nutrientes que previenen infecciones y aportan energía al organismo? Lo comentamos en este artículo.
Alimentos para las defensas
Como comentábamos antes, hay empresas que aseguran que sus productos mejoran el sistema inmune. Según la legislación vigente, ningún fabricante puede promocionar una acción en la salud que no se puede demostrar mediante evidencia científica.
La EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) vela por la veracidad de las declaraciones de salud que acompañan a los alimentos o suplementos y dictamina si es legal lo que se está diciendo o no a la hora de promocionar un producto.
Los nutrientes implicados en el sistema inmunitario
La EFSA sí que reconoce que hay ciertas vitaminas y minerales que participan en el funcionamiento del sistema inmunitario. Aquí hay algunos ejemplos de ellos:
- Vitamina C: aumenta la producción de las señales secretadas ante la presencia de virus, bacterias… También es necesaria para mantener las barreras naturales contra las infecciones. Encontraremos vitamina C en frutas cítricas, pimientos, coles… en fruta y hortalizas en general.
- Vitamina E: aumenta la respuesta del sistema inmune ante infecciones. Lo podemos encontrar en alimentos como aceites (sobretodo de oliva), vegetales de hoja verde y frutos secos.
- Vitamina A: participa en el mantenimiento de las mucosas del cuerpo (barrera natural contra infecciones). Hay dos fuentes de esta vitamina, la animal (hígado, huevos, lácteos enteros…) y la vegetal (verduras de color amarillo-anaranjado-rojo, verduras de hoja verde, frutas como el melón, melocotón, cerezas…)
- Complejo B, ácido fólico: se ha descrito que el déficit de vitamina B9 o ácido fólico puede generar una disminución de respuesta inmune. La deficiencia de vitaminas del grupo B, puede disminuir la producción de los anticuerpos (aquello que lucha contra la infección). Se encuentran en la mayoría de vegetales, hortalizas y legumbres, excepto la B12 que está concentrada en los productos de origen animal.
- Flavonoides: es un antioxidante natural que potencia la función de la vitamina C. Se encuentra en hortalizas la familia de la col y frutas moradas, rojas y cítricos.
- Hierro: es muy habitual su déficit, sobre todo en mujeres jóvenes y embarazadas. Bajos niveles de hierro provocarán la proliferación celular y, por ello, baja respuesta inmune. Se encuentra en productos animales, sobre todo en el hígado y en algunos vegetales (hortalizas de hoja verde y legumbres).
Es importante remarcar que si no se está ante una situación de deficencia nutricional, suplementar estas vitaminas y minerales no aportará ningún efecto sobre el sistema inmunológico.
Es por ello, que ante la duda, lo más adecuado es ponerse en manos de un dietista-nutricionista para que pueda ayudarnos a mejorar nuestro sistema inmune, ya que una dieta variada y equilibrada aportará todos los nutrientes necesarios y evitará tener que suplementarlos.
Además, no sólo la alimentación favorece un estado inmune satisfactorio, también es de vital importancia el descanso nocturno, la actividad física moderada y regular y el manejo del estrés entre otros!